miércoles, 5 de octubre de 2011

el adolescente en la sociedad


  SOCIABILIDAD DEL ADOLESCENTE:

         Con el desarrollo de la sociabilidad llegamos a un tema que se centra plenamente en la problemática de la psicología social.

         La sociabilidad se manifiesta en la búsqueda de un socius, de un compañero; o también por la integración en un grupo.  Dos aspectos generalmente enmarcados en el campo de la psicología social son las relaciones individuales por una parte, y el grupo por otra.   Pero para poder vivir las relaciones interpersonales, para poder integrarse en un grupo se precisa una condición previa:  El deseo de la persona y su aptitud para vivir con otro.  Esta aptitud no es algo innato, sino que varía a lo largo del desarrollo.

         La sociabilidad es la capacidad, la aptitud que permite al individuo vivir con los otros y en grupo, y es fruto de comprensión hacia el otro, de posibilidad de simpatía y empatía.

         A partir de los 8 años es lo “extremo de la personalidad” lo que motiva las simpatías.  Desde los 10 años las motivaciones tienen en cuenta preferentemente la conducta del individuo frente al grupo (por ejemplo ser buen compañero).  A partir de los 11-13 años la elección de compañeros se basa sobretodo en aspectos individuales del carácter.  La simpatía en el momento de la adolescencia se dirige cada vez más hacia la personalidad total del otro;  y tiene en cuenta, sobretodo, las cualidades afectivas del otro.

         Con el desarrollo de la madurez las posibilidades asociativas se multiplican, y las relaciones sociales se descubren mejor.   El adolescente no sólo tiene la necesidad de encontrar un amigo, sino, que de hecho se hace capaz de vivir la amistad dado que tiene la capacidad de sociabilidad.

         En la  sensibilidad social se distingue entre: sensibilidad ante la persona, y la sensibilidad a las normas del grupo.  Son estos dos aspectos los que se manifiestan en las relaciones con los otros, como más característicos en la adolescencia.


ð        La amistad:

         Las amistades juegan un doble papel en la adolescencia:
-         En el desarrollo de la personalidad, reforzando el “yo”.
-         En el proceso de socialización.

         Es la primera vez que se establece una relación no-biológica y no-institucional con el otro.

         THAN HUONG ha llevado a cabo una investigación con adolescentes para estudiar el significado de la amistad en la integración social, y en particular el papel que desempeña en el camino hacia el amor, la sexualidad, la propia conciencia y la del otro.  Una de las preguntas hacía referencia a las relaciones de los adolescentes con sus padres.  Tras las respuestas se puede deducir que los momentos más difíciles en la relación con los padres corresponde al intervalo de edad de entre 11-12 años, y 14-15 años.  Un 87´50% de adolescentes declara que no habla con sus padres de cosas íntimas, no confían fácilmente en sus padres principalmente en lo que concierne a la vida sentimental, a los problemas muy personales, y en algunos casos a los problemas políticos o religiosos.  Todos estos temas personales que los adolescentes no confían a sus padres se los cuentan a los amigos.  Por lo que respecta a la sexualidad sólo un 24% han sido informados por sus padres.

         La amistad tiene una función muy importante en la integración de la sociedad.  El hecho de sentirse integrado en el mundo y en la sociedad por medio de la amistad contribuye al mismo tiempo a reforzar y sociabilizar el “yo”.

  La amistad juvenil permite que se tome conciencia de la realidad del otro, se forman actitudes sociales, se toma experiencia en las relaciones interpersonales.  Si las amistades juveniles contribuyen a un aprendizaje de las relaciones interpersonales, el pertenecer a un grupo o a una banda puede aparecer como un aprendizaje de la vida en sociedad.


ð        El grupo:

         No todas las palabras con las que se designan a los grupos (pandilla, banda, el “gang” grupo, asociación, sociedades de adolescentes,...) significan lo mismo.

         La banda, igual que el  “gang” los forman jóvenes espontáneamente; estos jóvenes que componen la banda, suelen vivir al margen de la sociedad, aunque no cometan necesariamente actividades delictivas.  Mientras que las bandas no están organizadas desde fuera, el grupo si puede estar organizado o institucionalizado; de hecho hay grupos a los que pertenece el adolescente aunque el no quiera, como son por ejemplo el grupo familiar, el grupo escolar, o el grupo de trabajo.

         El adolescente espera del grupo que le permita la conquista de su autonomía, pero una vez que llega a ser independiente abandona el grupo porque la noción de autonomía y la de grupo se oponen.  Es normal que el adolescente se salga del grupo para comprometerse en relaciones personales, y en relaciones con el otro sexo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario