martes, 23 de agosto de 2011

abusos en la adolescencia


El abuso es, quizás, una de las prácticas más utilizadas por los seres humanos que viven en sociedad, es un mecanismo para someter a la obediencia a otras personas bajo un mandato. Los abusos producen trastornos y desajustes profundos en la personalidad del individuo.
Con el avance de la psicología, se ha llegado a comprender que es más efectivo lograr que los sujetos animan determinadas conductas por convencimiento y no como el resultado de aplicar mecanismos represivos abusivos. Es cierto que las víctimas necesitan todo el apoyo necesario para rebasar esas experiencias traumáticas, pero también es bien cierto que el victimario es otra víctima encerrado en su propia cárcel.
A mi entender, el abuso es un fenómeno en el que se encuentran involucrados el agresor y el agredido; resultando una compleja maraña de sentimientos en el que influyen de manera importante factores socioeconómicos y culturales.
Este fenómeno se manifiesta como una enfermedad social que afecta sumultáneamente al individuo y la sociedad, pero los razgos de este fenómeno varian dependiendo de la posición socioeconómica, el lugar de residencia, la educación, sexo, edad, cultura, el acceso a los servicios de salud y el grupo étnico.
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I.- HISTORIA
La violencia o maltrato es un acto que aparece en la humanidad desde el primer momento de la historia del hombre en la superficie terrestre. Por la historia nos llega a conocimiento cómo el hombre arrastraba a su compañera para satisfacer sus necesidades sexuales y a través de ella nos llega también los abusos y crímenes cometidos contra niños y adolescentes, mujeres indefensas, hombres inocentes en pro de demostracion de poder de los que se consideran razas dominantes.
II- Abuso y Maltrato

Es toda conducta de un adulto, que por acción u omisión interfiere negativamente en el desarrollo físico, psicológico o sexual de un niño, niña o adolescente.
Los estudios sobre abuso infantil son recientes en nuestro país. Las primeras investigaciones se inciaron en los años 1980, en las cuales la Lic. Zelided Alma de Ruiz ha desempeñado un papel relevante.
Uno de los primeros estudios que se llevó a cabo fue con el objetivo de conocer la presencia y distribución del abuso en la población universitaria cuyos resultados revelaron que el 50% usaban el castigo como parte de su sistema disciplinario, las madres lo hacían con más frecuencias que los padres.
Más tarde, en 1994, la misma autora realiza nuevos estudios que revelan que de una muestra de 649 niños (as) el 40% es abusado físicamente y el otro 40% han sido víctimas de abuso sexual y psicológico. Como se puede apreciar el abuso físico se ha continuado aplicando como un carácter de patrón de correción que se ha venido arrastrando culturalmente por muchas generaciones y se encuentra presente en todas las clases sociales.

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En su obra “Recuperación de la familia”, Minuchin y Nichols exponen lo siguiente: En el verano de 1991, en un encuentro nacional de terapeutas familiares de San Diego, tres aspectos hablaron sobre la violencia familiar. Aunque el secreto vergonzoso de la violencia doméstica había salido a la luz desde hacía algún tiempo, los terapeutas reunidos quedaron pasmados y sin habla tras la cruda estadística. En Cánada y Estados Unidos, las víctimas de la violencia doméstica superaban en número a las víctimas sumadas por accidentes automovilísticos, violación y atracos.
La violencia doméstica (maltrato de mujeres y niños) constituye un problema principal de la salud pública, que está a la altura del alcoholismo y la depresión.
Minuchin y Nichols nos dicen “en realidad hay dos formas de violencia, la violencia tendiente a lograr una meta, podría denominarse “violencia coercitiva”, pero hay otra forma de violencia, “violencia de ruego”, en la cual el victimario se percibe como víctima. En las familias en las que se maltrata a los hijos o cónyugues, los hombres o mujeres violentos suelen considerarse provocador y sin defensa ante los golpes de la persona.
A su vez, las víctimas de abusos suelen manifestar notables trastornos psicológicos tales como fobias, miedos patológicos, pesadillas, comerse las uñas, eneuresis (orinarse), tricotilomanía (tendencia irresistible a arrancarse el cabello), algunos trastornos psicosomáticos, tics y baja autoestima.
Bernabé Tierno dice “El castigo físico y la puesta en práctica de la tristemente célebre frase: -donde estén un par de bofetadas a tiempo-…no tiene más valor que de descarga de tensión, frustración e ira que se produce en quien las propina, padre o profesor, que para sentirse más aliviado de su complejo de culpa. Atribuye efectos terapeuticos a su conducta violenta.”
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Más adelante nos refiere el autor que quienes señalan la conveniencia de volver a esos métodos educativos bárbaros marcados de imposición, violencia y la fuerza del adulto, deconocen por completo las técnicas de modificación de conducta que ofrece la psicología moderna.
Cuando hablamos de abuso podemos distinguir el abuso físico, abuso emocional, abuso sexual; el abandono y la negligencia que pone en peligro el desarrollo físico o emocional de un niño (a). Estos son los abusos más frecuentes contra los niños, niñas y adolescentes.
III- El Abuso Físico:

Se considera abuso físico cualquier tipo de lesión corporal ocasionada voluntariamente a un niño o niña por una persona en condiciones superiores a las del menor. Es decir, que los daños ocasionados en forma accidental quedan excluídos de este calificativo.
Son considerados como abuso, acciones tales como agredir con las manos o el puño cerrado o con algún instrumento, patear, pellizcar, morder, sacudir o lanzar físicamente al niño (a) contra el suelo o la pared, quemar partes del cuerpo, o cualquier hecho practicado con el objetivo de producir un dolor.
El maltrato puede ser cometido por el padre, la madre o por ambos que independientemente de género, edad, credo político, religioso, preparación académica o clase social maltratan en forma severa a sus hijos para someterlos a obediencia y disciplina.
Los agresores pueden ser personas diversas con o sin preparación profesional, un maestro, el vecino, etc. La mayoría de las personas que maltratan han aprendido, y creen, que la violencia y el castigo tiene las formas para educar y aprender. El castigo tiene como inconveniente generar estados de tensión, repudio, rebeldía, inhibición y malestar generalizado ante el agente castigador.
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En el futuro las secuelas del maltrato serán evidentes en el sobreviviente afectando sensiblemente el desarrollo de su personalidad, su seguridad y su bienestar.
El maltrato está ubicado dentro de la violencia intrafamiliar, pues cuando hay violencia entre los cónyugues también hay maltrato infantil. Las formas más abiertas de violencia como las golpizas cruentas u otras que dejan huellas en el cuerpo, afectan al infante tanto como aquellas que se expresan de manera más sutil o simbólicas a través de gestos o palabras, pero que también dejan huellas imborrables en la memoria y la personalidad, en fin, en el alma del niño (a).
El maltrato a los niños (as) afecta a la sociedad en su conjunto. No existe una legislación sensible ni políticas suficientes, ni compromiso personal auténtico por alejarnos del ejercicio cotidiano de la violencia, poniéndo en juego el bienestar humano, la salud, la dignidad, los derechos humanos y la educación.
No se puede afirmar que el maltrato obedezca a una sola causa, en realidad existen muchos factores culturales, del contexto familiar, de los individuos y de la sociedad que tienen un peso específico y distinto en cada situación de maltrato.
3.1 Factores que inciden en el maltrato:
  • Sentimiento y ejercicio extralimitado de la autoridad
  • Las tensiones
  • Sistema socio-económico-político-cultural
  • El poder
  • El estrés
3.2 Consecuencias del Maltrato Físico:

  • Lesiones físicas, como moretones, hematomas, heridas en cualquier parte del cuerpo.
  • Lesiones internas, fracturas, quemaduras leves o graves.
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  • Amputaciones, malformaciones o disminuciones de facultades u órganos que puedan causar incapacidad temporal o permanente, física o mental o aún la muerte.
  • Muertes de niños estrangulados, ahogados, apuñalados, baleados, sometidos a descargas eléctricas o arrojados violentamente.
  • Desnutrición con talla menor a los promedios.
Las consecuencias que puede producir el maltrato-abuso en la vida de un niño (a) son diversas y suelen alcanzar tal profundidad, que bien puede ser tema suficiente para redactar una voluminosa obra de psicología, pero mi objetivo se limita a señalar algunos aspectos más frecuentes en el diario vivir, sólo hablaré de las relaciones del abuso con los trastornos de identidad sexual, de la delincuencia, la prostitución y la dependencia de sustancias.
“Todos los abusos tienen una dependencia psicológica”. Dice la psiquiatra María Dominguez, del Instituto de la Familia: “Cuando un niño (a) es abusado, de inmediato se refleja en su conducta.”
3.3 Indicadores del abuso Infantil
Los más propensos a cometer abuso infantil son:
  • Los adultos incapaces de lograr autocontrol.
  • Los miembros de las familiar disfuncionales.
  • Aquellos que reciben influencias negatvas de su medio social.
Las familias con alto riesgo de cometer abuso infantil son:
  • Aquellas cuyo padre o madre recibió en su crianza tratos abusivos.
  • Donde la madre o el padre son demasiado jóvenes.
  • En la familia con dificultades económicas y sociales.
  • Donde hay precariedad en la salud de alguno de los miembros.
  • Donde existe desequilibrio emocional.
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IV- Abuso Psicológico:

Se considera abuso psicológico, toda conducta de un adulto hacia un niño o niña que provoquen en éstos incapacidad total o parcial para lograr un adecuado desarrollo en lo social y en lo emocional. Se entiende por abuso psicológico los regaños humillantes y ofensivos, aplicar terror o rechazar por medio de gestos, palabras o hechos que provocan en el niño o la niña sentimientos de inseguridad y formación de auto imagen negativa.

4.1 Consecuencias Psicológicas:

  • Inseguridad
  • Baja autoestima
  • Depresiones leves o severas que pueden encaminar al suicidio.
  • Timidez extrema
  • Conductas antisociales
  • Disminución de la capacidad para aprender
  • Freno de la sensibilidad
  • Otras formas de Abuso

  • 5.1 La Negligencia
    Es un aparente descuido hacia un niño o niña que en realidad oculta una manifestación de rechazo y falta de afecto. La negligencia puede ser física, emocional o educacional, y cada una de ellas se presenta en diferentes grados que van de lo moderado a lo grave con fases que pueden variar de periódicas a crónicas. Ej: No brindarle amor, no suministrarle alimentación, educación, vestimenta, etc.
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    5.2 Abandono
    Es el desprendimiento total del niño. Esta forma de maltrato ocasiona otros problemas sociales, tales como la indigencia y el fenómeno del “niño o niña en la calle o de la calle”.
    El maltrato o abandono en la infancia, el comportamiento inestable o variable de los padres o la inconsistencia en la disciplina por parte de sus progenitores aumenta las probabilidades de que un trastorno disocial evolucione hasta un trastorno antisocial de la personalidad del niño.
    Acerca del efecto que pueden producir los hechos y circunstancias de abuso en el desarrollo de la personalidad, estimo pertinente referirme a Fred S. Killer, quien señala lo siguiente: “Los que estudian la conducta psicopática conocen la importancia de los primeros años en la formación de hábitos que pueden durar toda la vida. Al buscar el origen de los trastornos conductuales de los adultos a menudo vuelven a las experiencias infantiles como fuentes de inestabilidad y perturbación.”
    5.2.1. Trastorno de Dispersocialización

    Se caracteriza por la presencia de sentimientos de irrealidad respecto a sí mismo y al ambiente con tal magnitud que produce incapacidad para el sujeto en su funcionamiento social u ocupacional.
    Cada personalidad se vive como una historia personal, una imagen, una identidad, e incluso nombres distintos. Las personas con estos trastornos, por lo general, han padecido abusos físicos y sexuales, sobre todo durante la infancia.
    Donde existe mayor riesgo para los menores recibir maltrato físico y psicológico es en el seno de su propia familia.
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    VI- Abuso Sexual
    Es todo acto ejecutado por un adulto o adolescente sobre un infante, con el fin de estimularse o gratificarse sexualmente, no importa que se realice con el consentimiento de la víctima, pues ésta carece de madurez y conocimiento necesarios para evaluar su contenido y consecuencias.
    El abuso sexual puede ser ejercido sin violencia cuando el agresor se limita a tocar o acariciar sexualmente al niño o niña sin usar la fuerza. También el abuso puede ser cometido sin usar el contacto físico, cuando el agresor se masturba o se exhibe en forma indecente ante un niño (a) o motiva a este (a) para que exhiba sus partes privadas o se deje tomar fotos pornográficas.
    Estas conductas se presentan mayoritariamente hacia las niñas, aunque se ejerve sobre los varones también. El agresor, generalmente es un varón, que puede ser un familiar cercano o cualquier adulto que tenga fácil acceso a los infantes. Los medios utilizados por el adulto para cometer el abuso sexual son variados: Seducción, coerción, amenaza y, en menor grado, la fuerza física.
    El abuso sexual es violento en todos los casos de violación y cualquier otra práctica sexual, aún cuando excita el aparente consentimiento de parte del menor o la menor.
    6.1 Consecuencias del Abuso Sexual

    El abuso sexual tiene diversas consecuencias dependiendo de las características personales de la niña o niño y las circunstancias bajo las que se dio la agresión, quién es el agresor, el tiempo de duración y las respuestas de apoyo si las hay, que el niño o niña recibe de su entorno a parte de los daños físicos, las enfermedades sexuales transmitidas, el dolor, el embarazo y otros problemas físicos surgen:
    • Las depresiones severas, el miedo en general, los sentimientos de culpa y repugnancia, desconfianza.
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    • Cambio en los modelos de comportamiento habituales
    • Manifestaciones públicas de sexualidad como son actividades sexuales precoces.
    • Cambios en la actividad escolar
    • Represión, baja autoestima, hostilidad.
    • Ideas suicidas
    • Enfermedades psicosomáticas
    • Utilización de la seducción para iniciar amistades
    • Incapacidad para tener relaciones sexuales satisfactorias.
    6.2 Trastornos Psicosociales
    Son aquellos que afectan no sólo a quien lo padece, sino que además inciden negativamente en la sociedad que alberga a esos trastornados. Entre ellos tenemos los de personalidad y los de control de impulsos.
    VII- Delincuencia
    La delincuencia es un fenómeno social que existe en todos los estamentos sociales asociados a la pasión, la descomposición de los patrones familiares y la marginalidad entre otras muchas causas.
    Las principales causas de la delicuencia siempre serán vistas en formas diferentes, dependiendo del ángulo en que sea vista esta problemática y el momento de los hechos.
    La falta de estructuras familiares sólidas y la crisis en cuanto a los valores están provocando los principios de autoridad parenteral, forjando así adolescentes con notable precariedad en su ordenamiento moral y social.
    Como elementos coadyuvantes para un diagnóstico poco promisorio están los niveles de pobreza debido a la desproporcionada distribución de las riquezas, la falta de empleos y la incapacidad de los sistemas socioeconómicos para lograr un equilibrio entre la justicia social y los intereses económicos.
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    Cabe puntualizar que un delincuente es todo aquel que comete hechos sancionados por la ley. Puede, igualmente el delincuente, ser o no responsible de su falta dependiendo de que se encuentre o no en capacidad de sus facultades mentales.
    Existe el delincuente que actúa con premeditación e igualmente el que agrede movido por sus fantasías delirantes que anula su capacidad de razonamiento. Existen algunas peculiaridades en los sujetos propensos a la criminalidad como son:
    • Plena facultad de sus habilidades mentales, pero con marcada limitación en su capacidad de internalizar los valores establecidos por la sociedad.
    • Sujetos que viven en un mundo de fantasía y proyectan su mundo interior en forma destructiva hacia la sociedad.
    • Sujetos con elevado desequilibrio emocional.
    • Sujetos con limitada capacidad intelectual y de discernimiento.
    El Dr. Luis Montalvo sobre esto nos dice que a todo ésto se debe agregar “el típico enfermo que genera la pobreza y la marginalidad, que desesperado por la imperante necesidad de sobrevivir se adapta a la única salida que le queda para no sucumbir. A ese destino fatal son lanzados muchos niños abandonados y maltratados por sus padres, los cuales a su vez son víctimas de la pobreza y marginalidad. Esto explica en gran parte la prostitución, la delincuencia juvenil, el alcoholismo y las drogas”.
    VIII- Trastornos de Identidad Sexual
    La primera orientación del niño y la niña hacia su propio cuerpo está acompañada también por el descubrimiento de nuevas fuentes de placer. Nos dice Douglas A. Berstein que “Freud a principios de este siglo, había iniciado su interés por los sueños y había deducido que éstos representan el cumplimiento de deseos. De ahí que los síntomas de orden histéricos pueden surgir de deseos y fantasías no concientes”. De esta manera el recuerdo de alguna seducción parenteral podría expresar de hecho el deseo de fantasía de tal suceso.
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    Este aspecto del desarrollo psicosexual ha sido estudiado profundamente por Freud y los psicodinámicos. Al analizar la cita anterior, si nos identificamos con los planteamientos de Freud, nos percatamos de que en los síntomas de historia existe una reproducción de la capacidad para el desplazamiento de las zonas erógenas que se manifiestan en el niño a temprana edad, y el ataque histérico viene a ser una representación de esas fantasías.
    Haciendo un esbozo de las etapas críticas que se presentan en el proceso de desarrollo de la personalidad del niño tenemos que en la etapa de 0-3 años, el manejo inadecuado del aseo de los niños y niñas y la ausencia de las figuras masculinas y femeninas pueden producir posteriores trastornos en el desarrollo de la personalidad.
    Es importante saber que entre 1 y 3 años de vida corresponde a la etapa de surgimiento del lenguaje que implica una maduración del cerebro, permitiendo al niño crear su mundo simbólico que prepara el terreno para su proceso de sociabilización.
    También aquí suelen surgir los primeros prejuicios y las primeras experiencias traumáticas, pues así como comienza a llamar las cosas por su nombre, también aprende a temer, amar y odiar, todo lo cual va simbolizando.
    El Dr. Luis Montalvo nos dice respecto a esta etapa: “aquí pueden iniciarse los primeros prejuicios sexuales cuando aprende de su madre o de los adultos a avergonzarse de ciertos órganos de su cuerpo adquiriendo una imagen del ser supremo como fuente de bondad, de amor, de castigo o de temor. Aprende valores y antivalores que pueden ser adecuados o equivocados, internaliza normas justas y proporcionadas, exageradas o no realistas.
    Volviendo al enforque Freudiano, el niño distingue al hombre y a la mujer por los signos que corresponden a ese género. Es decir, vestidos, peinados, actitudes, etc. Esto significa que los trastornos de tipo sexual como la homosexualidad y el lesbianismo pueden tener su origen en un manejo inadecuado de las relaciones familiares en dicha etapa.
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    No quiere esto decir, que el niño o niña que se ha mantenido durante esa etapa al amparo de una persona no identifique posteriormente el género opuesto, sino que necesita integrarse desde ese momento al proceso de socialización donde pueda comprender que hay hombres y mujeres, niños, niñas, gatos y gatas; en fin, que el mundo está compuesto por seres de ambos géneros con ropas diferentes, peinados y expresiones diferentes.
    Este punto nos trae a reflexionar acerca de la paternidad irresponsable y machista que vemos con frecuencia en nuestro medio social, lo que trae como consecuencia trastornos sexuales a sus hijos. Muchos hombres bien definidos en su masculinidad dejan solamente a la esposa el papel de criar al niño y él es sólo un proveedor de recursos económicos para que a su hijo no le falte nada, no dispensándole a ese niño la atención y el amor que corresponde a un buen padre y todo el tiempo lo dedica a su propia persona. Luego se queja de que su hijo, ya adolescente, muestre razgos de homosexualidad siendo el padre un hombre bien definido en su sexualidad.
    También tenemos el caso de la madre sobreprotectora que mantiene a su hijo atado a ella no permitiéndole jugar con otros niños y niñas, que no lo mandan a la escuela de pequeño para que no sufra de agresiones de otros niños y porque no resiste separarse de su “Bebé” de 3 o 4 años.
    Este hijo protegido en extremo puede desarrollar una especie de fobia hacia las mujeres y ya en la adolescencia busque a otros jóvenes para poder experimentar placeres de todo tipo, incluso sexuales, y ahí tenemos otro caso de trastorno sexual por manejo inadecuado de la relación familiar.
    En fin, podemos ver que todos los abusos producen sus efectos negativos y cuando de la niñez se trata los más traumáticos son los de tipo sexual, y si el abuso es cometido por los propios progenitores o parientes cercanos, puede marcar tan profundamente al infante que se siente despreciable a tal punto que necesita crear otros personajes en su mente para poder sobrevivir dando lugar a trastornos de la personalidad, en especial el disociativo.
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    Frente a las violaciones y las relaciones incestuosas no basta con que existan sanciones, pues castigar al criminal no devuelve la salud mental a la victima, es imprescindible además de sancionar, prevenir ese tipo de atropello a la dignidad humana.
  • La Prostitución


  • La prostitución es una práctica tan antigua que desde antes de la era cristiana corre la historia relacionada a las mujeres y hombres que practicaban el sexo de manera libertina, violando las reglas de moralidad imperante en diversos grupos sociales.
    Tradicionalmente, la prostitución se considera un problema propio de la pobreza, y hay razones suficientes para pensar así, puesto que la mayoría de las personas públicamente dedicadas a este trabajo han crecido y permanecen en la pobreza. Estas mismas personas afirman que sus necesidades económicas las hicieron dedicarse a este tipo de trabajo y que por falta de dinero, no tuvieron la oportunidad de aprender algún oficio o profesión que les permita vivir de otro trabajo distinto.
    Una de las poblaciones más sensibles del país es precisamente, la de los niños, niñas y adolescentes pertenecientes a familias en condiciones de pobreza crítica y que muchas veces han emigrado del campo a la ciudad. Estas familias poseen un precario acceso al mercado de trabajo y viven en áreas marginadas que sufren una ausencia o inadecuación de los servicios básicos de saneamiento, salud, educación y recreación.
    Como la explotación sexual, comercial y la mendicidad resultan actividades marginales de ingreso, son altas las probabilidades de que los iños, niñas y adolescentes que viven en extrema pobreza participen en diferentes experiencias dañinas precozmente y sin protección. Pero el factor económico no es el único, porque no toda la población en extrema pobreza es explotado sexualmente, también influyen las condiciones de carencia afectiva, exposición a riesgos físicos y morales, el maltrato y el abuso sexual, la inestabilidad, la descomposición familiar y la carencia de seguridad, así como la falta de satisfacción de las necesidades personales básicas y baja autoestima.
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  • Drogadicción


  • De acuerdo al diccionario Larousse, es el hábito de quieh se deja dominar por el uso de alguna droga tóxica. Respecto a las drogas nos dice que: “Droga es la denominación genérica de los alucinógenos, barbitúricos y en general, todas las sustancias estupefacientes con propiedades toxico-maníacas”. También es la denominación genérica, inespecífica y antigua de los medicamentos.
    La droga se caracteriza por provocar hábito y tolerancia a dosis cada vez más elevadas y sobre todo de crear dependencia. Además de los estupefacientes se suele considerar droga al alcohol, el tabaco, y algunos fármacos secotrópicos (barbitúricos y ansiolíticos).
    En cuanto a los trastornos que se originan por el consumo de las drogras tenemos dos grupos: a) Los trastornos por consumo de sustancias que causan dependencia y abuso, y b) los trastornos inducidos por sustancias (intoxicación, delirio, demencia, amnesia, ansiedad, trastornos del sueño y la disfunción sexual, del estado de ánimo y trastornos psicóticos), siempre que éstos sean inducidos por sustancias.
    El término sustancia puede referirse a una droga de abuso, a un medicamento o a un tóxico. La caracteristica esencial de la dependencia de sustancias consiste en un grupo de síntomas cognoscitivos, psicológicos y del comportamiento que indican que el individuo continúa consumiendo la sustancia a pesar de la aparición de problemas significativos relacionados con ella.




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