miércoles, 6 de julio de 2011

el acné en el adolescente

Si eres un adolescente, es muy posible que tengas algo de acné. Aproximadamente ocho de cada 10 adolescentes tienen acné, así como también muchos adultos.El acné es algo tan común, que tenerlo se considera parte normal de la pubertad. Pero el solo hecho de saber esto no siempre sirve cuando al mirarte en el espejo descubres un enorme grano. Afortunadamente, informarte sobre el acné y tomar algunas medidas sencillas al respecto puede ayudarte a sentirte mejor.

¿Qué es el acné y qué es lo que lo causa?

El acné es un problema de la piel que se manifiesta mediante diferentes tipos de protuberancias. Estas protuberancias pueden ser espinillas, puntos blancos, granos y quistes. El tipo de acné que tienen muchos adolescentes se llama acne vulgaris y generalmente aparece en la cara, el cuello, los hombros, la parte superior de la espalda y el pecho.Los folículos capilares de la piel -o poros- contienen glándulas sebáceas (llamadas también glándulas aceitosas). Estas glándulas producen sebo, que es un aceite que lubrica el cabello y la piel.A los adolescentes les sale acné debido al cambio hormonal que ocurre en la pubertad. La mayoría de las veces, las glándulas sebáceas producen la cantidad adecuada de sebo; pero a medida que el cuerpo del adolescente comienza a madurar y a desarrollarse, las hormonas estimulan las glándulas sebáceas para que produzcan más sebo y la actividad de estas glándulas puede ser demasiado intensa. Una gran cantidad de sebo y de células de la piel muertas, los obstruyen. Luego, las bacterias pueden quedar atrapadas dentro de los poros y reproducirse, haciendo que la piel se hinche y se ponga roja: es el comienzo del acné. Cuando un poro está obstruido y se cierra, pero sobresale de la superficie de la piel, se produce un punto blanco. Si un poro está obstruido pero permanece abierto, la capa superior puede oscurecerse y se produce una espinilla. A veces la pared del poro se abre, permitiendo que el sebo, las bacterias y las células de la piel muertas se abran paso por debajo de la piel, lo cual produce una pequeña infección de color rojo llamada grano. Los poros obstruidos que se abren a un nivel muy profundo de la piel pueden causar nódulos, que son protuberancias o quistes infectados más grandes que los granos y pueden ser dolorosos. En la mayoría de las personas, el acné desaparece casi completamente al final de la adolescencia. Y si tus padres han tenido acné cuando eran adolescentes, es más probable que también tú lo tengas.

¿Qué es lo que causa el acné? (Mitos acerca del acné)

El acné no ocurre por comer comidas grasosas como papas fritas o pizza, ser adicto al chocolate o beber gaseosas. Y el estrés generalmente no causa acné en los adolescentes (a pesar de que puede empeorar un acné existente, ya que el estrés aumenta la producción de sebo). El sol tampoco ayuda a combatir el acné. Aunque un bronceado solar puede hacer que el acné parezca menos serio temporariamente, no va a ayudar a que éste desaparezca permanentemente. Y de todos modos, tomar demasiado sol no es una buena idea, porque más adelante puede causar arrugas y cáncer de piel. Así que no te arriesgues absorbiendo esos rayos, ya sean del sol o de una cama solar, en un esfuerzo por ayudar a mejorar tu piel.

¿Qué puedo hacer para evitar/combatir el acné?

Como ayuda para evitar la acumulación de grasa que puede provocar el acné, lávate la cara dos veces al día con jabón y agua tibia. No te frotes fuertemente la cara con una toalla, ya que el acné no puede quitarse restregándolo; de hecho, lo empeorarías irritando la piel y los poros. Trata de limpiarte la cara lo más delicadamente que puedas. Si usas maquillaje o pantalla solar, asegúrate de que en la etiqueta diga "no contiene aceite", "no comedogénico" o "no produce acné". Esto significa que no va a obstruir los poros ni producir acné. Y cuando te laves la cara, asegúrate de dedicar suficiente tiempo a quitarte todo el maquillaje. Si usas fijadores en aerosol o gel para el cabello, trata de que al aplicarlos no entren en contacto con la cara, ya que éstos también pueden obstruir los poros. Si tienes el cabello largo y te toca la cara, asegúrate de lavártela con bastante frecuencia para impedir que entre en contacto con el aceite del pelo. Y si después de clases tienes un trabajo en el que estás en contacto con aceites, por ejemplo, un restaurante de comida rápida o una estación de gasolina, lávate siempre bien la cara cuando llegues a tu casa. También lávate la cara después de hacer ejercicios físicos. Existen muchas lociones y cremas de venta libre que contienen ácido salicílico o peróxido de benzol, que ayudan a evitar el acné y al mismo tiempo lo alivian. Puedes probar estos productos para ver cuál funciona mejor. Asegúrate de seguir exactamente las indicaciones y no uses más cantidad de la indicada en cada aplicación (tu piel podría secarse demasiado y podría lucir o sentirse peor) y antes de ponértela sigue las indicaciones correspondientes para ver si eres alérgico.

¿Y si de todos modos me sale acné?

A veces, aunque se laven correctamente y prueben ponerse lociones y maquillaje no graso, muchas personas igualmente tienen acné; y esto es completamente normal. De hecho, a algunas chicas que generalmente no tienen problemas de acné, les aparece acné unos días antes de tener su período menstrual. Este acné se llama acné premenstrual y aproximadamente siete de cada 10 mujeres lo tienen debido a cambios hormonales en su organismo. Algunos adolescentes que tienen acné pueden obtener ayuda de un médico o dermatólogo (un doctor especializado en problemas de la piel) y tratar el acné con medicamentos recetados. Dependiendo del tipo de acné, esto podría incluir cremas recetadas que impiden la formación de granos, tomar antibióticos que eliminan las bacterias que contribuyen a provocar los granos, o, si se trata de un grado grave de acné, tomar medicamentos más fuertes como isotretinoína, o incluso someterse a una cirugía menor. Algunas chicas adolescentes consideran que las píldoras anticonceptivas ayudan a aliviar el problema de acné. Si cuando te miras en el espejo ves que tienes un granito en la cara, no lo toques, ni lo aprietes, ni lo escarbes. Esto podría ser difícil, ya que puede ser muy tentador tratar de sacártelo. Pero si jugueteas con los granos puedes aumentar la inflamación hurgándolos o abriéndolos. ¡Además, el aceite de tus manos empeora las cosas! No obstante, lo más importante es que hurgar los granos puede dejar pequeñas cicatrices permanentes en la cara.

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