miércoles, 27 de abril de 2011

los adolescentes son especialmente vulnerables a las adicciones

Las regiones del cerebro que gobiernan los impulsos no están totalmente formadas a estas edades


El cerebro de los adolescentes es especialmente vulnerable a las adicciones debido a que las regiones que controlan los impulsos no están totalmente formadas a estas edades, lo que significa que las dependencias al alcohol, tabaco y drogas de los jóvenes son desórdenes relacionados con el desarrollo neuronal. Una nueva visión que obligará a replantear la prevención y tratamiento de las adicciones en la juventud. Por Vanessa March


Los adolescentes son especialmente vulnerables a las adicciones
Los adolescentes son más vulnerables que los adultos y los ancianos frente a las dependencias al tabaco, el alcohol y otras adicciones debido a que las regiones del cerebro que gobiernan el impulso y la motivación no están totalmente formadas a edades tempranas, según han descubierto científicos de la Universidad de Yale. 

Después de realizar una investigación sobre 140 estudios de las neurociencias básicas y clínicas relativos a jóvenes, comprobaron que los desórdenes en el comportamiento de los adolescentes relacionados con dependencias o adicciones son en realidad desórdenes del desarrollo neuronal. 

La investigación, publicada en The American Journal of Psychiatry, determinó que los circuitos cerebrales implicados en el desarrollo de las aficiones sufren profundos cambios durante la adolescencia, lo que incita a las personas de estas edades a tener nuevas experiencias. 

Al mismo tiempo, como el sistema neurológico de inhibición está menos maduro a estas edades, los adolescentes se ven impelidos a acciones impulsivas y comportamientos arriesgados, incluyendo la experimentación y abuso de drogas adictivas. 

Nueva perspectiva 

Este proceso biológico, que convierte en especialmente vulnerables a las adicciones a los adolescentes, es independiente de los aspectos socioculturales en los que estas personas desarrollan su vida, lo que introduce una nueva perspectiva para el tratamiento de las adicciones en los jóvenes. 

Debido a los cambios que se producen en las regiones cerebrales relacionadas con la motivación durante la adolescencia, el impacto de las drogas sobre estas personas son mayores que en otras edades y ejercen una influencia más prolongada en el tiempo. 

Lo que se desprende de esta investigación es que las adicciones juveniles deben ser contempladas como desórdenes del desarrollo psicológico y que por ello la atención de los terapeutas debe concentrarse especialmente en este período de la vida de las personas para el tratamiento y prevención de las dependencias. 

Asimismo, sugiere una revisión de algunos tratamientos que en ocasiones se aplican en la infancia y la adolescencia, ya que al incluir psicotrópicos producen en las personas de estas edades efectos que se manifiestan como adicciones cuando estos adolescentes se hacen adultos. 

El descubrimiento aconseja nuevas estrategias para la prevención y tratamiento de adicciones en la pubertad y la adolescencia, al mismo tiempo que medidas especiales de protección para los jóvenes frente a la amenaza que representa para estas edades el consumo de drogas como el alcohol, el tabaco y otras más severas. 


miércoles, 20 de abril de 2011

LA NUEVA EPIDEMIA DE LOS ADOLESCENTES

No damos abasto. Se está convirtiendo en una auténtica plaga". La percepción es unánime. Especialistas españoles, reunidos hace dos semanas en Madrid durante la celebración de las primeras Jornadas sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria, se mostraron tajantes al afirmar que existe una nueva epidemia que está amenazando la salud e, incluso, la vida de los adolescentes españoles: la anorexia y la bulimia.
"Estamos ante una verdadera epidemia. No hay camas suficientes para hospitalizar a tantos enfermos y, lo que es peor, no se puede hacer un seguimiento adecuado de los pacientes cuando vuelven a sus casas, y ésto provoca la recaída de muchos de ellos". El diagnóstico de Asunción Marcos, del Instituto de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de Madrid, sobre la situación actual de la anorexia y la bulimia en nuestro país es pesimista. Ella forma parte de un grupo reducido de expertos que hace ya varios años decidió dedicar sus esfuerzos a la investigación de unos trastornos que, por entonces, eran casi desconocidos y tenían poca incidencia.
"Todavía recuerdo cómo algunos compañeros me tachaban de loca por dedicarme a una especialidad que, según ellos, no tenía futuro por el escaso número de pacientes que había". El tiempo ha respaldado las intuiciones de Asunción Marcos y de todos aquéllos que, como ella, se involucraron en el estudio y tratamiento de los anoréxicos y bulímicos españoles.
La experiencia con otras enfermedades cuya capacidad de propagación ha sido infravalorada por las autoridades sanitarias y que posteriormente han situado a España a la cabeza de los países europeos en número de casos es, según Ginés Salido Insman, presidente de la Asociación en Defensa de la Anorexia Nerviosa (ADANER), la razón de tanta alarma. "Me estoy refiriendo, claro está, al sida. Una enfermedad que no se consideró como un problema hasta que nos convertimos en el país de Europa con más enfermos. En el caso de la anorexia y de la bulimia está sucediendo algo parecido. Los expertos están desbordados, porque no hay un número suficiente de profesionales especializados".
Han bastado diez años para que las cifras sobre incidencia de anorexia y bulimia en nuestro país se equiparen a las del resto de los países europeos, convirtiéndose así en la tercera enfermedad (la primera es el asma, y la segunda la obesidad) más frecuente entre los adolescentes. Ahora, aproximadamente, una de cada 100 adolescentes de entre 14 y 18 años cae en las garras de la anorexia, mientras que un 2,4% desarrolla bulimia. Y no sólo el sexo femenino (la anorexia nerviosa afecta 15 veces más a mujeres que a hombres) se está enganchando a los trastornos de la alimentación, también los varones han empezado a verse reflejados significativamente en las estadísticas. "El sexo es un factor de protección frente a los trastornos de la alimentación. Hasta ahora ser varón era un arma eficaz contra la anorexia y la bulimia, pero ésto está cambiando. Cada vez hay más casos de chicos que sufren estas patologías", destaca el M. Velilla, del Hospital Clínico de Zaragoza.
CAMBIOS SOCIALES
La cultura de la delgadez.
La anorexia y la bulimia, conocidas popularmente a través del rostro de algunos de sus afectados como lo fue Lady Diana, Jane Fonda o la bailarina del Boston Ballet, Heide Guenther, que murió el 30 de junio como consecuencia de una anorexia, son patologías modernas que han sabido aprovecharse de las tendencias sociales de los países industrializados. En las últimas dos décadas, la delgadez se ha convertido en la tarjeta de visita de todos aquellos hombres y mujeres que desean triunfar social y profesionalmente. "Los mensajes que hacen referencia a la imagen corporal son omnipresentes y con ellos se transmite la idea de que estar delgado es el medio para obtener la felicidad y el éxito. La presión es excesiva", destaca el doctor Gonzalo Morandé, del Hospital Niño Jesús de Madrid y organizador de estas jornadas.
Pérdida de hábitos alimenticios.
La incorporación de la mujer al mundo laboral es otro de los factores sociales del que se están sirviendo la anorexia y la bulimia para su propagación. La ausencia de una persona que se responsabilice de los horarios de comida (un papel tradicionalmente atribuido a la madre) ha facilitado que muchos adolescentes que empezaban su tonteo con la dieta escaparan al control familiar y acabaran transformando una alimentación irregular en una enfermedad grave.
"Aspectos tradicionales, como sentarse a la mesa para comer o cenar en familia están desapareciendo de las casas españolas. Este es uno de los motivos que están favoreciendo la expansión de los trastornos de la alimentación", explica el doctor J. Casas, del Hospital de Móstoles de Madrid.
Otra de las conductas rotas en los hábitos alimenticios es, según el doctor Casas, la hora de la merienda. "El descontrol a la hora de la merienda ha aumentado. Ahora cada uno abre la nevera y coge lo que quiere. Los niños aprenden a comer mal, de ahí que las costumbres dietéticas que transmitirán a sus hijos también serán erróneas".
Una solución a este problema, que puede convertirse en hereditario, es, según Asunción Marcos, "introducir una asignatura sobre nutrición en las escuelas, para que los pequeños aprendan cuáles son sus necesidades alimenticias y lleven siempre un estilo de vida sano".
Perfil de las víctimas.
Sexo: femenino. Edad: 14 a 18 años, son las épocas de más riesgo, aunque los estudios sitúan entre los 12 y los 25 años, las edades en las que pueden aparecer los trastornos de la alimentación. Clase social: media-alta. Estos han sido, tradicionalmente, tres de los rasgos más comunes entre las anoréxicas. Hoy, los trastornos de la alimentación se han saltado las barreras sociales e, incluso, las fronteras de la adolescencia. "La anorexia, por ejemplo, se ha universalizado. Ahora afecta a todas las clases sociales y empiezan a presentarse casos de personas que sobrepasan la treintena y que sufren este trastorno", afirma el doctor Morandé. Treinta mujeres británicas de 60 años, que han sido diagnosticadas de anorexia nerviosa, son uno de los ejemplos presentado durante la celebración de las jornadas que mejor ilustra la nueva personalidad de esta patología.
Más factores precipitantes.
Divorcio de los padres, sobreprotección de los hijos, muerte de un familiar, antecedentes familiares de anorexia o depresión o, incluso, ser el primero o el último de los hermanos se han revelado como factores que pueden empujar a un adolescente con predisposición a sufrir un trastorno de alimentación a caer definitivamente en la telaraña de la anorexia o de la bulimia.
"Mientras que entre las primeras pacientes que ingresamos apenas existían casos en los que los padres estuvieran divorciados, ahora nos encontramos con que la separación de los padres es una característica bastante frecuente en estos enfermos, así como, por ejemplo, vivir excesivamente protegidos", destaca el doctor Morandé.
CONSECUENCIAS FISICAS
  1. Corazones pequeños.
  2. Niñas menopáusicas.

Personalidad diferente
Las víctimas de la anorexia y de la bulimia poseen un carácter obsesivo que acaba traduciéndose en una preocupación constante por el peso y la dieta. Sin embargo, la personalidad de estos pacientes es diferente. Así, la anoréxica suele estar considerada como "niña modelo": perfeccionista, buena estudiante, con un nivel intelectual alto y con tendencia a evitar conflictos.
En cambio, su preocupación por la opinión que los demás tienen de ella es excesiva, así como su autocontrol. Las bulímicas, por el contrario, suelen ser más impulsivas, intolerantes y se frustran más.
La adicción a las drogas es una característica bastante frecuente entre estas pacientes así como su tendencia a la depresión y a la ansiedad. Además, suelen fracasar en sus relaciones sentimentales. "A la mujer anoréxica se la descubre antes porque se queda en los huesos, mientras que la bulímica suele mantener el mismo peso. Esta es una de las razones por la que las bulímicas mantienen más tiempo en secreto su enfermedad", comenta el doctor Casas. Según los especialistas, la bulímica, a diferencia de la anoréxica, tiene más conciencia de que está enferma y suele acabar solicitando ayuda.Personalidad diferente
Las víctimas de la anorexia y de la bulimia poseen un carácter obsesivo que acaba traduciéndose en una preocupación constante por el peso y la dieta. Sin embargo, la personalidad de estos pacientes es diferente. Así, la anoréxica suele estar considerada como "niña modelo": perfeccionista, buena estudiante, con un nivel intelectual alto y con tendencia a evitar conflictos.
En cambio, su preocupación por la opinión que los demás tienen de ella es excesiva, así como su autocontrol. Las bulímicas, por el contrario, suelen ser más impulsivas, intolerantes y se frustran más.
La adicción a las drogas es una característica bastante frecuente entre estas pacientes así como su tendencia a la depresión y a la ansiedad. Además, suelen fracasar en sus relaciones sentimentales. "A la mujer anoréxica se la descubre antes porque se queda en los huesos, mientras que la bulímica suele mantener el mismo peso. Esta es una de las razones por la que las bulímicas mantienen más tiempo en secreto su enfermedad", comenta el doctor Casas. Según los especialistas, la bulímica, a diferencia de la anoréxica, tiene más conciencia de que está enferma y suele acabar solicitando ayuda.

sábado, 16 de abril de 2011

Obesidad en la adolescencia

La obesidad y el sobrepeso. Epidemia mundial Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial. Más de mil millones de personas adultas tienen sobrepeso y, de ellas, al menos 300 millones son obesas. La preocupación por la prevalencia que la obesidad está adquiriendo a nivel mundial se debe a su asociación con las principales enfermedades crónicas de nuestro tiempo, como las enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial y ciertos tipos de cáncer. A mayor obesidad, mayores cifras de morbilidad y mortalidad por estas enfermedades.
En el mundo mueren 57 millones de personas al año. Según el Informe sobre la salud en el mundo, 2002 1 el aumento de las enfermedades crónicas es el responsable de las dos terceras partes de estas muertes y del 46% de la morbilidad global. Estos porcentajes van en aumento, por lo que si no invertimos esta tendencia, en el año 2020 las enfermedades no transmisibles serán la causa del 73% de las defunciones y del 60% de la carga mundial de enfermedad.

De los diez factores de riesgo identificados por la OMS como claves para el desarrollo de las enfermedades crónicas, cinco están estrechamente relacionados con la alimentación y el ejercicio físico. Además de la ya mencionada obesidad, se citan el sedentarismo, hipertensión arterial, hipercolesterolemia y consumo insuficiente de frutas y verduras. Como puede verse, la alimentación poco saludable y no practicar actividad física con regularidad son las principales causas de las enfermedades crónicas más importantes, y ambas son susceptibles de modificarse. En los adultos, la obesidad está asociada también a otras patologías, como las enfermedades respiratorias y la artrosis. Pero es en los niños y adolescentes donde el problema se hace más grave ya que, de no tomar medidas a tiempo sobre sus hábitos, hay una alta probabilidad de que el niño obeso se convierta en un adulto obeso. En la población más joven las enfermedades asociadas a la obesidad incluyen la hipertensión arterial, hiperinsulinemia, dislipemia, diabetes mellitus tipo 2, agravamiento de enfermedades respiratorias como el asma, así como problemas psicosociales.
Todas las enfermedades descritas anteriormente acortan la vida. La obesidad puede llegar a reducir la esperanza de vida de una persona hasta en diez años. Además, suponen una elevada carga económica para los sistemas de salud. Por ejemplo, en nuestro país se calcula que los costes directos e indirectos asociados a la obesidad suponen un 7% del gasto sanitario total, lo que representa unos 2.500 millones de euros anuales. Por estas razones, puede afirmarse que las consecuencias de la obesidad hacen de esta enfermedad uno de los mayores retos de la salud pública para el siglo XXI.

miércoles, 6 de abril de 2011

La adolescencia

En la adolescencia se atraviesan por muchos cambios. Por un lado, el cuerpo está en camino para adquirir su tamaño adulto. ¿Has notado que no te entran tus zapatos viejos o que los pantalones te quedan 7 cm más cortos? Además de estos cambios, probablemente te estás haciendo más independiente y tomando más decisiones propias. Algunas de las decisiones más importantes que vas a enfrentar se relacionan con tu salud.
¿Por qué? Porque los hábitos sanos, incluyendo una alimentación nutritiva y la actividad física, pueden ayudarte a sentirte bien, verte bien y a esforzarte más en la escuela, el trabajo o los deportes. También pueden prevenir la diabetes, la hipertensión arterial, las enfermedades cardiacas, la osteoporosis, los derrames cerebrales y algunos cánceres cuando seas mayor.
Ahora es el momento de que te hagas cargo de tu salud. ¡Hacer apenas ciertos cambios pequeños para mejorar, te ayudarán a verte y sentirte mucho mejor!